LECTURAS DE LA
MENTE
Por Juan Gerardo
Martínez Borrayo
Departamento de
Neurociencias
Universidad de
Guadalajara
Crisis de los 40´s
Tengo 45 años y comienzo a sentir el paso del
tiempo. Me duelen las rodillas, la espalda y tengo sobrepeso. De acuerdo a la
creencia popular, debería de cambiar de vida y tener un carro deportivo, andar
con una muchacha de 25 años, tomar un
año sabático e irme por el mundo para ver que voy a hacer con el resto de lo
que queda de mi vida. Se supone que conforme uno se enfrenta a la muerte, hay
un declive físico y se da cuenta de que van a haber sueños que nunca se van a
cumplir, se inicia con un periodo de turbulencia y auto-cuestionamiento.
Origen de esta falsedad
La idea no es nueva, podríamos citar a Dante
Alighieri, quien en el primer párrafo del canto 1 del infierno de la “Divina
Comedia” inicia con las siguientes palabras: “A mitad del camino de la vida,/en
una selva oscura me encontraba/ porqué mi ruta había extraviado”. Pero es hasta
que aparece en 1965 el psicoanalista Elliott Jacques que se acuñó el término
“crisis de la mediana edad”; y habría que esperar una década más para que se
afianzara la idea de que cualquier comportamiento anómalo que presente una
persona en la década de los 40 significaría un intento compulsivo por
permanecer joven y alejar a la muerte, gracias a la aparición del libro
“Pasajes: crisis predecibles de la vida adulta” de Gail Sheehy de 1976. A estas
alturas la idea de una crisis de la mediana edad es tan popular, que 86% de los
encuestados por Lachman y colaboradores (1994) aseguraron que sí existe este
problema.
Semejante tema ha sido explotado por la
industria fílmica de los EEUU. En 1991 apareció “City Slickers” protagonizada
por Billy Crystal en la que él, junto con otros dos amigos, se van de cowboys
para huir de su vacío existencial; más recientemente (2007) apareció otra
película con el mismo tema “Wild Hogs” con John Travolta, Tim Allen y Martin
Lawrence. Incluso podríamos agrupar en esta categoría la muy disfrutable
película “Groundhog Day” (de 1993) en la que Bill Murray tiene que aprender a
superar su crisis de la mediana edad repitiendo una y otra vez el mismo día. Y
no podíamos dejar de mencionar “American Beauty” con Kevin Space en el papel de
Lester Burnham, un hombre que deja su trabajo, comienza a usar drogas, se
compra un carro deportivo y se le alborota la hormona con la amiga de su hija.
Las nuevas tecnologías no se han quedado atrás
y también han contribuido a la dispersión de este mito. En el periódico “La Nación”
entrevistan a Guillermo Julio Montero de la fundación travesía quien afirma: "La
paradoja de la mediana edad es que justo cuando una persona está atravesando su
momento de mayor productividad, empieza a tomar clara conciencia de las señales
de su propio envejecimiento, lo que pone en juego lo que yo llamo el trauma por
la propia muerte futura, y Sigmund Freud conceptualizó como el duro asedio de
la realidad a la ilusoria inmortalidad del yo" (http://www.lanacion.com.ar/919828-estrategias-para-sobrellevar-la-crisis-de-la-mediana-edad).
Aunque generalmente se habla de esta crisis
solo en hombres, las mujeres parecen no estar exentas de este periodo oscuro y
por ello en la revista “Espacio Reflexivo” aparecida el 3 de junio del 2008
pueden ver un artículo firmado por la psicóloga Nora Cecilia Lemmo afirmar
cosas como “Lo que entra en juego en esta etapa es su identidad (de la mujer),
es un replanteo de la vida en base a diferentes posiciones que le han tocado
vivir y que tiene que ver con la historia individual, pero también, con la
generalidad, que sería el rol que le ha dado esta sociedad; “mujer igual
esposa, ama de casa, madre” (http://reflexivoespacio.blogspot.com/2008/06/las-mujeres-y-la-crisis-de-la-mediana.html).
La crisis de “las crisis de la mediana edad”
¿Qué hay de cierto en esto de la crisis de la
mediana edad? En primer lugar es necesario aclarar que el concepto es difícil
de definir y por ello casi cualquier cosas “rara” (comprarse un carro
deportivo, salir con una muchacha, cambiar de trabajo, etc.) va a ser
interpretada como una prueba de que es cierto este concepto.
Pero veamos, uno de los síntomas clásicos de la
crisis es el divorcio; pero las estadísticas nos dicen que la mayoría de las
separaciones ocurren antes de la supuesta crisis, de acuerdo al INEGI (http://www.inegi.org.mx/sistemas/sisept/Default.aspx?t=mdemo83&s=est&c=23570)
la edad promedio de los divorcios en México anda en los hombres por los 37 años
y en las mujeres a los 34. En los EEUU es a los 33 en los hombres y a los 31 en
las mujeres (Clarke, 1995).
Estudios de diversas sociedades tampoco apoyan
la idea estar a la mitad de la vida sea un periodo especialmente estresante. En
1996 se publicó un estudio entre más de 1500 chinos y no hallaron en ellos
signos de estuvieran en tal crisis (Daniel Shek, 1996).
De hecho, los estudios han encontrado lo
contrario. Brim y sus colaboradores (2004) encontraron que más de tres mil
sujetos de su muestra, que estaban entre los 40 y los 60 años, se sentían en
control de su vida, expresaron sentimientos de bienestar y estaban en un
momento excelente de su relación de pareja, sin haber diferencias entre hombres
y mujeres. Además, este es también un momento de un alto funcionamiento
cognitivo (Lachman, 2003).
Comparemos esto con los datos de quienes sí han
pasado por una crisis. Al parecer, el número oscila entre 10 y 26%, dependiendo
de cómo se defina la crisis (Brim, 1992; Wethington, 2000).
Para Brent W. Roberts de la Universidad de
Illinois, los cambios de personalidad son más fuertes entre los 20 y los 40
años, que durante el resto de la vida; él junto con dos colaboradores,
revisaron 92 estudios de desarrollo de la personalidad y concluyeron que los
cambios posteriores a los 40 años eran menores comparados con los acaecidos
entre los 20 y 40. Así la supuesta crisis de la adultez es más un mito que una
realidad (Roberts y cols., 2006).
Curiosamente, en la opinión de Peter
Borkenau de la Universidad Martin Luther King de Alemania, parece ser que después
de los 60 años es cuando se vuelve a ser más abierto; tal pareciera que una vez
que se han cumplido con las obligaciones que uno se echó encima, entonces se
permite uno cambiar y abrirse a nuevas experiencias.
Así que tengo como unos 20 años por delante de trabajo y productividad,
para después relajarme y llevármela más tranquilo para hacer cosas en las que
la panza no me estorbe, como tocar el piano y la ebanistería.
Bibliografía
Elliott
Jaques. "La muerte y la crisis de la mediana edad" (Título original:
Death and the Midlife Crisis), International Journal of Psychoanalysis, 1965.
Gail
Sheehy. "Pasajes: Crisis predecibles de la vida adulta" (Título
original: Passages: Predictable Crises of Adult Life), 1976
Lachman, M. E., Lewkowicz, C., Marcus, A. &
Peng, Y. (1994). Images of midlife development among young, middle-aged, and
older adults. Journal of Adult Development, 1. 201-211
Clarke, S. C.
(1995). Advance report of final divorce statistics 1989 1990. Monthly vital
statistics report, 43 (8, suppl.). Hyattsville, MD: National Center for Health
Statistics.
Shek, D. T. L.
(1996). Mid-life crisis in Chinese men an woman. Journal of psychology, 130,
109-119
Brim, O. G., Ryff,
C. D. & Kessler, R. C. (2004). How Healthy Are We?: A National Study of
Well-Being at Midlife (The John D. and Catherine T. MacArthur Foundation Series
on Mental Health and Development. Studies on Successful Midlife Development. Orville
Gilbert Brim, Carol D. Ryff & Ronald C. Kessler (Editors). Chicago:
University of Chicago Press.
Lachman, M. E.
(2003). Development in middle life. Annual Review of Psychology, 55, 305-331.
Brim, O. G. (1992).
Ambition: How we manage success and failure throughout our life. New York:
Basic Books.
Wethington, E.
(2000). Expecting stress: Americans and the “midlife crisis”. Motivation and
Emotion, 24, 85-103-
Roberts BW, Walton KE, Viechtbauer W. Personality traits change in
adulthood: reply to Costa and McCrae (2006). Psychol Bull. 2006
Jan;132(1):29-32
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