LECTURAS DE LA
MENTE
Por Juan Gerardo
Martínez Borrayo
Departamento de
Neurociencias
Universidad de
Guadalajara
La hipnosis no ayuda a recuperar recuerdos olvidados
Hay varios casos que dan vergüenza; en 1990 se
condenó a prisión a George Franklin de asesinato de Susan Nason porque su hija,
Eileen, lo acusó de haberla matado brutalmente en 1969; en 1994 Steven Cook culpó
al cardenal de Chicago Joseph Bernardin de haber abusado de él a los 17 años; y
en el 2001, Larry Mayes fue acusado de secuestro y robo por una de las víctimas
de ese delito.
El problema fue que todas estas acusaciones
fueron realizadas cuando los acusadores “recuperaron” recuerdos reprimidos bajo
hipnosis; pero todas eran falsas. Franklin fue el primer caso altamente
publicitado de recuperación de memorias traumáticas por medio de la hipnosis,
pero para 1996 fue dejado en libertad; Cook supuestamente recuperó su memoria
perdida durante una hipnosis que se le hizo como parte de su entrenamiento en
hipnosis en un instituto bastante chafa dirigido por el gurú John-Rodger (dice
que es la encarnación del espíritu santo, nada más y nada menos); Mayes por su
parte fue acusado por una persona que bajo hipnosis aseguró que él era el
delincuente (a pesar de que en dos procesos de identificación de personas no lo
reconoció) y fue la persona número 100 en ser liberada por el uso el ADN como
prueba pericial.
En México no pude verificar si se le utiliza
como una herramienta válida en los juzgados, pero supongo que algunos sí le
darían ese estatus cuando el Colegio Mexicano de Ciencias Forenses ha llegado a
promover cursos de hipnosis clínica para el manejo del dolor.
En general se tiene la idea de que la hipnosis
tiene un poder especial para recuperar memorias perdidas. En una encuesta
realizada en el 2003 (Taylor y Kowalski, 2003) se entrevistó a 92 estudiantes
de los primeros cursos de psicología y encontró que 72% de ellos creían que era
un método útil para recuperar detalles de crímenes. En otro estudio (Green y
Lynn, 2005) 90 % de los entrevistados creyeron que era una buena técnica
policiaca para recuperar recuerdos en las víctimas; hay otros estudios que han
encontrado un número aún mayor que creen que la hipnosis mejora la memoria (Whitehous
y cols., 1991).
Estas creencias son también muy comunes entre
los profesionales de la salud mental. Elizabeth y Geoffrey Loftus encontraron
(1980) que el 84% de los psicólogos creían que la hipnosis puede acceder a
detalles inaccesibles que están permanentemente guardados en la memoria. De hecho,
muchos psicoterapeutas suelen usar la hipnosis para ayudar a sus clientes a
recordar memorias de abusos sexuales. El porcentaje va desde un tercio (Poole y
cols., 1995) hasta un quinto (Poulusny y Follette, 1996).
Otro investigador (Yapko, 1994) encontró que 75%
de los psicólogos creían que la hipnosis permitía a las personas recordar con
precisión, cosas que de otra manera no hubieran podido recordar; así mismo, 47%
de los terapeutas confiaba mucho en la posibilidad de que hubiera un evento
traumático si los detalles de este se habían obtenido bajo hipnosis; 31% de
ellos creía que si alguien recordaba un trauma bajo hipnosis, entonces este
había ocurrido objetivamente; y 54% de ellos creía que con la hipnosis se
podían recuperar memorias desde el presente hasta el nacimiento.
Algunas personas van más allá y dice que recuerdan
cuando estaban en el útero, cuando iban a lo largo de las trompas de Falopio e,
incluso, recuerdan hasta vidas pasadas. Pero parece más bien que los sujetos se
comportan de acuerdo a su conocimiento y creencias que tienen sobre cómo debe
de comportarse un niño; así lo mostró Michael Nasch en 1987, quien encontró que
los adultos que estaban disque regresando a su infancia no mostraron un patrón
esperado en muchos indicadores de la infancia como vocabulario, tareas
cognitivas, ondas cerebrales (EEG) e ilusiones visuales.
Decíamos también que hay quien afirma que
pueden hacer regresiones a vidas pasadas, el más conocido de todos es Brian
Weiss (1988); y al igual que en las regresiones a la infancia, cuando
supuestamente están en una de sus vidas pasadas, más bien parece que están a
merced de su imaginación, fantasía o de lo que creen saber del periodo
histórico al que hipotéticamente regresaron. Cuando se han sometido a un
escrutinio concienzudo, se ha encontrado que son muy poco precisos en cosas
como el país con el que estaban en guerra en ese momento, la cara de qué
personaje estaba en las monedas, etc. Por ejemplo, un paciente dijo que él era el
emperador Julio Cesar cuando lo históricamente correcto es que el primer
emperador romano fue Augusto, unas décadas después de que Julio Cesar murió
(Spanos y cols., 1991).
La historia de este mito
Semejante creencia tiene una larga cola histórica
que le pisen. Pierre Janet fue uno de los primeros terapeutas en usar la
hipnosis para ayudar a pacientes a recobrar los recuerdos de eventos
traumáticos, que él creía eran el origen de sus problemas psicológicos; por
ejemplo, realizó la regresión de una paciente llamada María a su infancia,
cuando ella fue traumatizada por tener una anormalidad facial; supuestamente,
al haber recuperado ese recuerdo, quedó liberada de sus síntomas de ceguera
(Janet, 1889).
Esta suposición de que escavar en las memorias
enterradas de eventos traumáticos, se le conoce como “hipnoanálisis”; por
ejemplo, después de la primer guerra mundial se le usó para que los soldados recordaran
algunos de los eventos espantosos que habían sufrido en combate y que eran los
que presumiblemente habían iniciado sus desórdenes psicológicos.
La hipnosis no recupera, crea recuerdos
En la actualidad, la opinión de los expertos
(Kassin y cols., 2001) afirman que la hipnosis no tiene efectos sobre la
memoria y que más bien la deteriora (Lynn y cols., 2001). Por ejemplo, la
hipnosis produce más errores de recuerdos en los testigos y hace que se sientan
más seguros de sus afirmaciones a pesar de que sus recuerdos son muy imprecisos
(Green y Lynn, 2005). Aunque son los sujetos altamente influenciables quienes
más son afectados por la hipnosis, también están sujetos a su influjo quienes
son menos sugestionables. Todos estos datos, han comenzado a hacer recapacitar
a las cortes de los Estados Unidos, donde no se considera que los recuerdos
recuperados con la hipnosis, sean un dato válido para ser tomados en cuenta en
un juicio.
No toda la hipnosis es chafa
A pesar de lo dicho hasta ahorita, algunos
estudios de la hipnosis demuestran que puede ser útil en el tratamiento del
dolor, adicción al tabaco, trastorno por ansiedad y en la obesidad.
Aunque hay quien afirma que su nivel de efectividad
no es mayor que la que se puede lograr simplemente relajando a las personas
(Lynn y cols., 2000).
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