LECTURAS DE LA
MENTE
Por Juan Gerardo
Martínez Borrayo
Departamento de
Neurociencias
Universidad de
Guadalajara
Dos razones para no creer
¿Por qué el 95% de las personas en el mundo tiene religión? La mayoría
de las investigaciones nos dicen que hay cuatro razones: la mente humana exige
explicaciones, el corazón humano busca consuelo, la sociedad humana requiere
orden y el intelecto humano tiende a la ilusión (Boyer, 2001).
En otras palabras, el primer punto nos dice que la gente creó la
religión para explicar el misterio de los fenómenos naturales, para explicar
experiencias extrañas (sueños, presentimientos, etc.), para explicar el origen
de las cosas y para explicar porque existen el mal y el sufrimiento.
El segundo asevera que las explicaciones religiosas hacen más tolerable
la idea de la mortalidad y calma la ansiedad y genera consuelo. El tercero
asegura que la religión mantiene unida a la sociedad, perpetúa un orden social
particular y sustenta la moral. Por último, al parecer, la religión es producto
de un sesgo cognitivo, en el sentido de que la gente es supersticiosa y puede
creer en cualquier cosa, porque los conceptos religiosos son irrefutables y
porque es mucho más fácil creer que refutar.
Con el fin de explicar a que se refiere esto de los sesgos cognitivos,
como origen de las creencias religiosas, me permito reseñar unos artículos de
reciente aparición que explican algo sobre el origen de las creencias.
El pensamiento
analítico quita lo religioso
Un primer artículo fue publicado en la prestigiosa revista Science, en
su número 336 del año 2012 y comienzan planteándose la pregunta sobre ‘cuáles son
las bases cognitivas de tener y no tener creencias religiosas; para explicarlo
retoman la teoría del procesamiento dual del pensamiento, el cual postula que
hay dos sistemas, uno que es intuitivo (sistema 1) y otro que es analítico
(sistema 2), que operan al mismo tiempo.
Al parecer si crees que por un lado esta la mente y por el otro el
cuerpo, si crees que hay vida después de la muerte, si crees que puedes leerle
la mente a las personas, entonces, esas creencias facilitan las creencias
religiosas; y como el pensamiento analítico se contrapone al pensamiento
intuitivo, entonces es posible inhibir al sistema 1 utilizando el sistema 2; es
decir, disminuir o eliminar las creencias religiosas cuando nos ponemos a
pensar.
Ellos realizaron 5 estudios para probar esta hipótesis (Gervais y Norenzayan,
2012): el primero probó si las diferencias individuales en la tendencia a
utilizar el pensamiento analítico está asociado con una reducción de creencias
religiosas. Los estudios del 2 al 5, tratan de probar si diferentes
manipulaciones experimentales del
procesamiento analítico (priming visual, priming implícito y disfluencia
cognitiva) induce la disminución en la creencia religiosa.
En el estudio 1 les pusieron a las personas a resolver tres problemas
(por ejemplo, una bola y un bate de beisbol cuestan en total 1.10 dólares. El
bate cuesta un dólar más que la bola. ¿Cuánto cuesta la bola? La respuesta
intuitiva es 10, pero la respuesta correcta dada por el pensamiento analítico
es 5). Después, les pidieron a los participantes que completaron tres medidas
diferentes de creencias religiosas (la escala intrínseca de religiosidad, la
escala de creencias religiosas y una escala para medir la creencia en agentes
supernaturales (Dios, ángeles y el diablo). Por ejemplo, la escala de religiosidad
intrínseca, pregunta cosas como “mi fe se involucra en todos los aspectos de mi
vida”. Lo que encontraron es que entre más usan el pensamiento analítico, menos
creencias religiosas tienen.
Los estudios del 2 al 5, utilizaron el fenómeno de priming, que es un
efecto que se suscita cuando, al
presentar un estímulo, este influye sobre los estímulos presentados
posteriormente. Por ejemplo, en el segundo experimento, utilizaron dos tipos de
imágenes, la escultura de “el pensador” de Rodin o el “discobolus” realizado
por Mirón de Eleuteras en el 455 antes de nuestra era. Sus hallazgos son muy
interesantes: al ver la escultura de “el pensador” se indujo a pensar
analíticamente y ello se reflejó en una baja en las creencias religiosas de las
personas, medidas con las anteriormente mencionadas escalas.
En base a estos datos ellos concluyen que el pensamiento analítico
inhibe el pensamiento intuitivo que parece servir de base a las creencias
religiosas; aunque ellos advierten que, a pesar de que trataron de controlar
variables como etnia y religión, no es tan fácil generalizar estos hallazgos a
todos los grupos poblacionales y contextos culturales; además, aunque los
resultados indican que el pensamiento analítico promueve dejar de creer en la
religión, seguramente no es la única causa para que las personas dejen de tener
una religión.
Aura en
el misticismo, la sinestesia y la percepción visual
Los creyentes de lo paranormal afirman que el aura es un campo
energético de radiación luminosa de colores que rodea a las personas como un
halo y que es invisible a la mayoría de las personas y solo la ven unos cuantos
afortunados.
Pero, este fenómeno tiene muchos puntos de contacto con una condición
perceptual conocida como sinestesia, que es la interferencia que hacen unos
tipos de percepción con otros. Es decir, se pueden oír colores o ver sonidos. Estos
puntos de contacto son los siguientes: comparten ciertos rasgos de
personalidad, muchos de los que ven el aura son sinestésicos, ambas condiciones
pueden ser aprendidas, estados alterados de conciencia pueden influenciarlos y
ambos fenómenos son experiencias emocionales. Esto hace muy probable que al ver
el aura, lo único que está pasado es que estamos siendo sujetos del fenómeno de
la sinestesia (Ward, 2004).
Otras investigaciones (Duerden, 2004) han propuesto que los que dicen
ver el aura, solo están mal interpretando ciertos fenómenos de la visión normal.
Por ejemplo, el efecto de la visión de colores complementarios, el cual resulta
de un “agotamiento” temporal de las células de la retina que son sensibles al
color; fenómeno que se presenta sobre todo cuando uno mira fijamente un objeto,
digamos en este caso, una persona que aparece oscura al estar parada frente a
un fondo brillante; en este caso se activa otro mecanismo visual, la amplificación
del contraste, que está presente en el sistema de visión humano y permite una
eficiente detección de bordes.
No todos están de acuerdo con estas interpretaciones. Un grupo de
investigadores españoles realizó un estudio en el que les pedían a sinestésicos
y a personas que dicen que leen el aura, que les dieran una descripción de que
es lo que les pasaba al ver una serie de estímulos que ellos les presentaban
(fotografías con cierta carga emocional). Lo que encontraron les permite concluir
que son dos fenómenos completamente distintos. Es decir, que la sinestesia no
explica la visión del aura (Milán y cols., 2012).
A pesar de ello, estos investigadores españoles afirman que aun hace
falta hacer más investigaciones para encontrar cuales son las bases neurofisiológicas
de la supuesta percepción de auras por partes de los creyentes de lo esotérico.
Así, tarde que temprano se encontrará una explicación que satisfaga a los escépticos
que no creemos que hayan energías raras emanando de las personas.
Bibliografía
Boyer,
Pascal. ¿Por qué tenemos religión? Origen y evolución del pensamiento
religioso. Ed. Taurus, 2001
Gervais WM, Norenzayan A. Analytic thinking
promotes religious disbelief. Science. 2012 Apr 27;336(6080):493-6
Ward, J. (2004). Emotionally mediated
synaesthesia. Cognitive
Neuropsychology, 21(7), 761–772.
Duerden, T. (2004b). An
aura of confusion: seeing auras–vital energy or human physiology? Part 1 of a
three part series. Complementary Therapies in Nursing and Midwifery, 10(1), 22–29.
Milán EG, Iborra O,
Hochel M, Rodríguez Artacho MA, Delgado-Pastor LC, Salazar E,
González-Hernández A. Auras in mysticism and synaesthesia: a comparison. Conscious Cogn. 2012
Mar;21(1):258-68.
Comentarios
y sugerencias favor de dirigirlos a la redacción de EL OCCIDENTAL, a la
siguiente cuenta de correo electrónico: jugemab1@yahoo.com.mx
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