El
libro está construido en 5 grandes secciones: primera, que el psicoanálisis reniega
de la filosofía, pero que es en sí misma una filosofía; sobre todo afirma que
Freud leyó a Nietzsche y que el psicoanálisis no es más que una extensión de
las propuestas de éste; el problema con Freud es que siempre negó haberlo leído
debido a que, en la opinión de Onfray, quiso construir una imagen de sí mismo
como el de un genio que armó su propuesta en completa soledad.
La
segunda parte es, en mi opinión la más controvertida, porque afirma que el
psicoanálisis no es otra cosa que una autobiografía con pretensiones
universales; es decir, que solo porque Freud tenía una fijación rara con su
madre es que se le ocurrió que todos los demás tenían el complejo de Edipo;
solo porque él tenía problemas con su padre entonces creyó que todos tenían problemas con sus padres; etc.
La
tercera y la cuarta parte están dedicados a la “cientificidad” del
psicoanálisis, la parte que más me interesaba y la que más me quedó a deber; su
principal crítica es lo que él llama performatividad del pensamiento de Freud;
con esto quiere decir que Freud no aportaba ninguna evidencia de la veracidad
de sus afirmaciones, sino que solo por el hecho de decirlo él, entonces era
verdad; así, la nariz es un símbolo fálico solo porque Freud lo afirmaba sin
dar más evidencia de ello.
La
quinta parte trata sobre la posición política de Freud; Onfray argumenta que
era un fascista, seguidor de Benito Mussolini; su principal prueba es la
dedicatoria de un libro a este dictador italiano. Aquí se encuentra el capítulo
4, en mi opinión la mejor sección del libro, llamado “el mutilado pene de las
mujeres”, una descripción, que diría es hasta hilarante, de las ideas de Freud
sobre las mujeres.
La
principal virtud del libro es que todas sus afirmaciones las basa en citas de
las mismas obras de Freud; es como una especie de clase de judo intelectual,
donde toma los movimientos del contrario y los utiliza en su contra. Dos cosas
fueron las que criticaría: descalifica la cientificidad del psicoanálisis pero
sin aportar él mismo pruebas científicas y dice que Freud creía en el
espiritismo y la magia, pero sus argumentos son muy endebles, casi diría
inexistentes.
Recomendable si ustedes, como yo, pensamos que
el psicoanálisis es una propuesta literaria que está al nivel de las obras de
Carlos Castaneda.
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